*Foto de portada: Amanda Imm por Simón Vargas
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Explorando los intrincados pasajes de su carrera, Amanda Imm, fotógrafa y videógrafa originaria de la Ciudad de México y formada en Veracruz, comparte la fascinante travesía de su carrera en la industria musical. A través de una evolución marcada por la búsqueda apasionada de su identidad creativa, Amanda nos guía por los desafíos y descubrimientos que la llevaron a establecer un estilo distintivo. En el transcurso de esta entrevista, la fotógrafa nos sumerge en los inicios de su carrera, revela los secretos que definen su estilo fotográfico único y comparte sabios consejos para aquellos que anhelan adentrarse en el emocionante mundo de las artes visuales en la industria musical.
Iniciando su carrera acorde a su formación, la fotógrafa se sumergió en el entorno de una agencia de publicidad. Sin embargo, desde el principio, percibió que este trabajo no se alineaba con sus verdaderos intereses. De manera inadvertida, sus labores como freelancer durante ese período se dirigieron exclusivamente hacia el fascinante ámbito del vídeo, marcando así las primeras señales reveladoras de su verdadera pasión.
Amanda se sumergió aún más en el mundo del video durante su experiencia en Televisa. Aunque inicialmente no veía la fotografía y el video como profesiones, compartió: “Realmente yo la foto y el video lo veía como un hobby. Nunca lo vi como algo de lo cual podría vivir. Entonces dije, ‘pues va, me arriesgo y lo hago’.”
A partir de este trabajo, la fotógrafa abrió las puertas a numerosas oportunidades laborales en este campo. Inició colaborando con influencers y músicos locales, posteriormente trabajó para la artista mexicana Pambo, y gracias a esta conexión, aseguró un empleo con la reconocida banda de pop, Reik.
Los primeros años de su carrera, se caracterizaron por un proceso formativo y una evolución hacia el estilo que la define en la actualidad. Desde temprana edad, la influencia y estética cinematográfica de clásicas películas de terror actuaron como el punto de partida para forjar su propio estilo distintivo.
“Desde que tengo uso de razón, mi mamá me ponía a ver películas como ‘Masacre en Texas’. Recuerdo que esa fue la primera película de terror que vi, y mi mamá me la enseñó. Mi mamá me inculcó ese tipo de herencia visual. Crecí amando ‘Scream’, ‘Viernes 13’, ‘Halloween’, ‘Masacre en Texas’, todas con un estilo como de granito film. Por ejemplo, ‘Masacre en Texas’ tiene tonos cálidos, ‘Halloween’ tiene tonos fríos. Crecí con eso.”
El estilo de Amanda hoy en día se define por este concepto, incorporando elementos visuales como el grano fotográfico y, en muchas ocasiones, una baja velocidad de obturación para capturar el movimiento de manera única. La paleta de colores refleja una reducción de saturación, y su habilidad para jugar con diferentes ángulos de cámara e implementación de lentes gran angulares contribuyen a la identidad distintiva de su trabajo.
Amanda comparte que en los primeros años de su carrera en la industria se enfrentó a un desafío crucial. En la transición de pasar de la producción audiovisual y la fotografía como un pasatiempo a ejercerla de manera profesional, se encontró con el cambio de ser su propia directora creativa a trabajar en situaciones donde había un jefe que buscaba un resultado específico. Esto, junto con los nuevos “aesthetics” promovidos por las redes sociales emergentes como Instagram, generaba una presión para crear un único tipo de contenido, todo influenciado por estas expectativas.
La fotógrafa confiesa que sintió que su trabajo se veía afectado por estas nociones predefinidas. Este desafío la llevó a tomarse el tiempo necesario para redescubrir su identidad creativa.
“A raíz de esto, empecé a trabajar mucho en mis raíces, por así decirlo. Me senté un día y dije: ‘¿Qué es lo que te gusta?’. Empecé a enlistar películas, caricaturas, ropa, mis tableros de Pinterest. Bajé todo lo que me gusta y dije: ‘¿qué tienen en común estas cosas?’. Empecé a jugar. Empecé a hacer vídeos musicales y empecé a meter esta nueva estética en los vídeos musicales. Yo casi no hacía fotos, yo hacía puro vídeo y ya luego dije: ‘¿qué pasa si llevo esto que me gusta hacer en video a foto?’. Entonces fue cuando empecé a tomar fotos pensadas más como cinemáticamente. Fue un proceso como de medio año, 1 año el que me costó llegar a esta estética.”
Hay un gran énfasis en mantenerse leal a su propio estilo de parte de la fotógrafa, ya que de otra manera existe el riesgo de perder la identidad y la fuente de inspiración personal. En este viaje, la resistencia a comprometer su visión creativa se convierte en un componente fundamental para preservar la originalidad en su trabajo y establecer conexiones significativas con colaboradores en la industria que comparten su estética.
Fue precisamente su fidelidad a su estilo lo que le abrió las puertas a su actual posición como la fotógrafa oficial de la reconocida banda colombiana “Morat”.
“Justo cuando entré con Morat, en una de las primeras pláticas que tuvimos, ellos me dijeron: ‘A nosotros nos gusta y tomamos muchas fotos de rollo y nos gusta esa estética’. Empecé a meter esa estética que ya conocía a las fotos y, obviamente, quedaron encantados.”
En su rol actual, la fotógrafa destaca un fuerte espíritu colaborativo, convirtiendo su trabajo en un esfuerzo conjunto. Trabaja de cerca con Juan Camilo Triana, el diseñador del escenario de Morat, responsable de luces y visuales del espectáculo. Amanda se adapta con agilidad a las particularidades de cada presentación. Los integrantes de la banda, especialmente Simón y Martín Vargas, son parte importante en la colaboración y en la toma de decisiones sobre el resultado visual en cada gira o espectáculo.
En la actualidad, tras varios años de colaboración con la banda, Amanda ha consolidado un proceso creativo establecido y se desenvuelve con familiaridad en la preparación para cada gira junto a la banda.
“Yo tomo muchas fotos y hago experimentos. Cada que empieza una nueva gira o sacan un nuevo disco, les pregunto: ‘¿Cuál es el concepto?’, ‘¿Qué sensaciones te genera?’. Con toda esta información que me dan, logré hacer unos presets especialmente para esta gira. Por eso, todas tienen la misma paleta de colores. Ya tengo mis presets ahí hechos, entonces para tal canción uso tal, para la roja uso tal, y así voy.”
Durante el tour, la fotógrafa sigue una rutina meticulosa. Su labor se desenvuelve a un ritmo acelerado, comenzando con la preparación para el día, que incluye organizar sus equipos, verificar cámaras y baterías, asegurándose de tener todo lo necesario. Posteriormente, se sumerge en el soundcheck, capturando contenido exclusivo de la banda. El punto culminante del día es, indudablemente, el concierto.
Tras el espectáculo, el trabajo persiste, ya que se inicia el proceso de edición. Aunque en ocasiones es agotador, Amanda comparte que es un trabajo sumamente gratificante.
“La vida en tour es pesada, es difícil. No es común conocer a alguien que trabaje en esto. Siento que causa demasiada curiosidad. Todos mis amigos siempre me dicen: ‘Wey que chingón que te vas de tour, la vida de rockstar y fiestas’, y es como ‘no’. Quieres irte a dormir directito. Es trabajar 24/7.”
La fotógrafa comparte que los momentos más gratificantes en su trabajo incluyen la camaradería con su equipo y conectar con los fans. Resalta especialmente la pasión de los seguidores en Argentina, Chile y México, expresando:“El público es una locura, se entregan demasiado”. La emoción de los fans es contagiosa; cuando la fotógrafa está cerca de ellos durante el espectáculo, es sencillo sumergirse en esa energía y experimentar la sensación de ser uno más de ellos en la arena.
Con toda una carrera por delante y siendo una apasionada seguidora de la música, a Amanda le encantaría colaborar con diversos músicos en la industria que admira. Su lista de deseos incluye nombres como Blink 182, Sum 41, Kanye West, Young Miko y algunas opciones muy populares en la industria del pop, como Taylor Swift y Harry Styles.
Desde su experiencia en la industria musical, la fotógrafa comparte un consejo valioso para todos aquellos que aspiran a iniciar una carrera en este emocionante ámbito.
“Practiquen mucho. Yo creo que practicar y serle fiel a tu estilo es lo más inteligente que uno puede hacer. Investiga, ahora hay mil herramientas para poder hacer lo que sea en internet. Sean fieles a eso y practiquen todos los días, todos los días. Yo tuve la suerte de entrar ya de lleno con una banda grande y meterme a la industria grande. También tengo la experiencia de trabajar con artistas independientes. Si ves a un artista independiente, que te guste su música, su proyecto, acércate. Mándales un mensaje como ‘Oye, vi que van a tener show en dos semanas, soy fotógrafo y me gustaría mucho ir y fotografiarte a ti y a tu banda, no te cobro, solo dame un pase’. Empiecen a buscar esas oportunidades con estos artistas independientes y que también le tiren a lo grande. Nunca sabes qué pega o no.”
Cuando se trata de elegir equipo fotográfico para iniciar en esta carrera, en un tiempo donde las opciones en el mercado para comprar una nueva cámara o equipo pueden resultar abrumadoras, Amanda comparte sus reflexiones.
“Usen lo que sea. Ahora mismo puedo decirte que tomo fotos con una cámara de conciertos, una Ricoh. Es de un precio razonable y tiene un lente fijo. Es una cámara pequeña, del tamaño de un celular, y con eso tomo la mayoría de las fotos que se suben y se muestran. Realmente, la cámara no importa siempre y cuando sepas utilizarla al 100% y le saques todo el provecho, aunque sea una cámara pequeña. Eso es más que suficiente para empezar.
“También estos fotógrafos de Instagram generan e inculcan esta cultura de ‘necesitas lo mejor para ser el mejor’, por los patrocinios que consiguen. ‘La cámara que yo te recomiendo es una cámara de 50,000 pesos, 4,000 dólares’. Alguien que está empezando, que está estudiando, que ya se graduó, obviamente es difícil empezar a comprar equipo. No se van a poder comprar una cámara de este precio. He hecho fotos de conciertos con mi celular y salen bien. Es saber usar tus herramientas, es decir, la cámara que sea no importa mientras tengas la creatividad, las ganas y sepas cómo usarla. Porque si tú sabes cómo usar la cámara de un celular bien, vas a poder hacer fotos bien. Empieza con lo que puedes y poco a poco vas subiendo de nivel.
La labor de un fotógrafo en gira va más allá de capturar imágenes; implica establecer un vínculo entre los admiradores y sus artistas preferidos, evocando la esencia del espectáculo a través de lo visual. A lo largo de su trayectoria, Amanda Imm ha desempeñado un papel integral en proyectos que resaltan la música de manera excepcional, y en el día de hoy, nos invita a vivir los conciertos de Morat con una perspectiva auténtica y renovada. Su estilo no solo refleja su singularidad, sino también su profundo amor por el arte que practica y su constante deseo de aprendizaje. La historia de Amanda es un testimonio inspirador de perseverancia, propósito y auténtica conexión con las personas que ha encontrado en el transcurso de su carrera.
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